miércoles, 25 de septiembre de 2013

PIEDRA Y AGUA

RUTA DA PEDRA E AUGA DESDE ARMENTEIRA HASTA EL ÁREA RECREATIVA DE CABEZA DE BOI


Actividad: Ruta lineal siguiendo itinerario señalizado por Turimo Rías Baixas, partiendo desde el Monasterio de Armenteira (Meis, Pontevedra) hasta Cabeza de Boi (Meis, Pontevedra).
Longitud: 4 km
Track en wikiloc (Ruta completa desde Barrantes a Armenteira en sentido ascendente)
Desnivel acumulado subiendo: 0 metros
Desnivel acumulado bajando: 225 metros
Altitud máxima: 279 msnm
Altitud mínima: 54 msnm
Duración: 2h 30min. (incluida parada para un baño)
Fecha: 15 de Septiembre de 2013

Ero de Armenteira se fue a dormir cierta noche. En su cabeza, rondaba una preocupación: su mujer y él eran incapaces de engendrar descendencia para perpetuar su noble linaje. Consultando la cuestión con la almohada, la Virgen se le apareció en sueños recomendándole que, no habiendo sido el matrimonio dotado con el don de la fecundidad, fundase junto a su esposa un monasterio que les procuraría descendencia espiritual, en lugar de la terrenal. Siguiendo la indicación mariana, Ero aprovechó una de sus múltiples propiedades para establecer en ella un cenobio del cual fue abad.

Hasta aquí la historia, con ser un poco mística, no tiene reproche alguno puesto que, después de todo, cada uno es libre de soñar lo que le dé la gana e incluso de interpretarlo a su gusto.

Lo que ocurrió después, según cuenta la Cantiga de Santa María 103 de Alfonso X el Sabio, fue que Ero imploró repetidamente a su amiga la Virgen para que le dejase ver el Paraíso,  petición que fue atendida por ésta con un humor peculiar, dejándole que se embelesara durante trescientos años con el canto de un pájaro, de tal suerte que al regresar al monasterio el pobre Ero y enterarse del tiempo transcurrido, fue incapaz de sobreponerse a la impresión y falleció en el acto.

No parece muy verosímil esta leyenda documentada, mas lo cierto es que el monasterio supuestamente fundado por Ero ha llegado hasta nuestros días con el nombre de Santa María de Armenteira. Asentado en un bonito valle, es punto de meta o de partida de la ruta puesta en valor por Turismo Rías Baixas con la denominación de Ruta da Pedra e da Auga.


Ilustración de la Cantiga de Santa María 103

Es claro que los tres matrimonios que se deciden a hacer la Ruta de la Piedra y el Agua en una tarde de final de verano no necesitan invocar a la Virgen como el bueno de Ero de Armenteira para procurarse herederos: entre las tres parejas aportan ocho criaturas de parecidas edades, rebosantes de salud.



El itinerario está bien señalizado y en su comienzo desde el monasterio transcurre por una ancha pista entre el Río Armenteira y los maizales.




En invierno este camino deberá hacerse con calzado y ropa adecuados para el barro y agua que sin duda dificultarán el tránsito. Pero en verano no es necesario ningún equipo especial.



Pronto la pista cruza un puente a la izquierda y se toma inmediatamente una senda a la derecha.





Un nuevo viraje a la derecha introduce al paseante en una galería umbrosa formada por la vegetación de ribera. Es esta la parte menos lisa del trayecto, que de todos modos está al alcance de cualquiera que no tenga problemas específicos de movilidad.





Es el Armenteira un curso fluvial corto pero brioso cuya fuerza natural ha sido secularmente aprovechada para activar los mecanismos de una miríada de molinos en los que se trituraban cereales, especialmente maíz. Sorprende que incluso tras un verano extremadamente seco, los saltos de agua conserven parte de su ímpetu.




Los molinos han sido restaurados parcialmente y se puede acceder al interior de muchos de ellos, haciendo las delicias de los niños en un laberinto de escaleras, puertas, troncos abatidos y pasadizos.





El descenso continúa hacia zonas más fragosas. Agua y piedra; piedra y agua.







La chiquillada insiste en bañarse en una de las pozas.



Prosigue la expedición por este Amazonas en miniatura.





Al franquear el Puente de Couso, el sendero se transforma de nuevo en un camino ancho. Queda atrás el tramo más espectacular de la ruta.





Esta zona tiene menos molinos, árboles y saltos de agua, pero los más pequeños todavía saben sacarle partido.




En las proximidades del área recreativa de Cabeza de Boi, la ruta se vuelve gradualmente más y más transitada. Al llegar a la zona en la que se recrean construcciones y oficios tradicionales en cantería aprovechando viejos molinos (Aldea Labrega), la sensación es la de estar en un parque urbano en hora de salida de los colegios.

Surgen sentimientos encontrados. No gusta salir al campo para encontrarse el bullicio que uno pretendía dejar detrás; pero por otra parte parece que, por una vez, el dinero público invertido en la recuperación de un espacio natural tiene un retorno en términos de disfrute de la colectividad.

Pese a que la ruta continúa hasta Barrantes, el bar y zona recreativa que hay junto a la unidad etnográfica "Aldea Labrega" servirán por hoy de punto y final a este paseo con los niños por una ruta bonita, accesible y bien señalizada.

Por último, los protagonistas, por orden alfabético como en los créditos de las películas.

Alfonso L.
Alfonso P.



Carolina

Inés



Jimena
Manuel



Pablo
Torcuato

2 comentarios:

  1. Y lo bien....que se lo pasaron los crios

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    1. Se lo pasaron bien, no hay más que verles. Hay que enseñarles a que disfruten de la naturaleza con actividades adaptadas de baja exigencia física y con componente lúdico. Gracias por tu comentario.

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